Consejos y herramientas para instalar una piscina desmontable

Las piscinas desmontables están diseñadas para ser fáciles y rápidas de instalar. Por ello no hace falta que sean instaladas por operarios profesionales. Con la ayuda de un par de personas y las herramientas necesarias pueden colocarse sin grandes complicaciones.

Al comprarlas traen siempre un manual de instrucciones donde viene explicado todo su montaje. Aun así, hay una serie de cuestiones que conviene que tengas en cuenta antes de instalarla. Por ello, vamos a darte algunos consejos que te ayudarán a hacer realidad tu proyecto, para que sea tan fácil instalar la piscina como darse un chapuzón en ella.

Elegir la ubicación

Acabas de comprarte la piscina desmontable pero no sabes cómo empezar a montarla. Lo primero que tienes que hacer es elegir el lugar donde vas a ubicarla. Dentro de tu jardín o parcela, debes elegir un sitio que esté cerca de una toma de corriente eléctrica (para enchufar la depuradora) y de una toma de agua (para poder llenar la piscina). Es muy importante también que por debajo no pasen conexiones subterráneas de gas o electricidad que podrían suponer un riesgo en caso de fugas o filtraciones.

También conviene que tengas un buen margen de espacio alrededor, para luego poder vaciar la piscina sin problemas y que el agua desagüe hacia una zona donde no haya nada eléctrico. Conviene también que sea una zona protegida del viento y soleada, para que el agua de la piscina se caliente. Y que no sea una zona que en caso de lluvias se encharque o inunde. Si no hay cerca árboles mejor, puesto que se ensucia menos el agua. Y por supuesto, la zona elegida no debe estar situada debajo de un tendido eléctrico.

Preparar el terreno

El terreno o suelo sobre el que se asiente la piscina debe ser resistente y firme, puesto que si la piscina es amplia va a soportar mucho peso. Un metro cubico de piscina de gran tamaño puede llegar a contener unos 1.000 litros de agua lo que equivale a 1 tonelada de peso. No puede elegirse un terreno con agujeros, o que haya sido rellenado, o cuya consistencia sea blanda.

Por ello, es imprescindible preparar bien la base sobre la que se asentará la piscina. Debe ser un suelo liso y perfectamente nivelado. Para lo cual, se deberá nivelar primero el terreno y luego conviene instalar una base de cemento o de hormigón, aunque también puede instalarse directamente sobre el terreno. Pero una buena base de hormigón, le dará la resistencia y solidez más indicada.

No te asustes no es tan complicado como puede parecerte. Además, existen muchas herramientas que pueden facilitarte enormemente la tarea. Desde LoxamHune, podemos ofrecerte una gran gama de maquinaria y herramientas profesionales en alquiler que convertirán estas tareas en algo sencillo y rápido de realizar. Y si tienes dudas sobre su uso, nuestro equipo de profesionales está para ayudarte.

Hay que comenzar por allanar el terreno, arrancar las malas hierbas, las raíces y las piedras que pueden perforar el liner de la piscina y/o desestabilizar la base. Para ello puedes tirar de azada y pala u optar por alquilar una desbrozadora que te pondrá mucho más fácil el tema. Con ella despejaras la zona de forma más sencilla y cómoda.

Compactar el terreno

Para que la piscina tenga una base sólida es necesario compactar el terreno. Para ello, primero hay que verter una fina capa de arena y regarla. Posteriormente, con una compactadora podrás apretar y prensar la tierra hasta crear un terreno sólido que aguante perfectamente el peso de la piscina.

Ahora es el momento en el que, si decides colocar la piscina directamente sobre el terreno, la montarás sobre el lecho de arena compactado. O en caso de optar por la base de cemento u hormigón, tendrás que verter la masa en un encofrado, que puedes realizar acotando el espacio con maderas. Puedes utilizar una pistola de clavos que te ayude a unirlas más fácil y rápidamente. Tras verter la masa hay que rasearla y alisarla hasta dejarla bien nivelada.

Si optas por el hormigón, desde nuestro servicio de alquiler podemos facilitarte toda la maquinaria que necesitas para tratarlo, compactarlo, aplanarlo y nivelarlo: hormigoneras de gasolina o eléctricas para poder hacer la mezcla cómodamente, vibradores de hormigón, fratasadoras o reglas vibrantes que permiten obtener una superficie perfecta, llana y alisada.

Montaje de la piscina

Una vez que ya tienes la base fraguada y bien seca, comienza el montaje de la piscina. Se realizará siguiendo las instrucciones y especificaciones del modelo de piscina que hayas elegido. Saca todas las piezas y extiéndelas de forma organizada para poder tenerlas a la vista y controladas a medida que te vayan haciendo falta. Todas las piscinas tienen un montaje sencillo, para el cual solamente necesitaras un destornillador con el que ir montándolas. Puedes alquilar un atornillador eléctrico que una vez más agilizará la tarea.

Llega el momento más delicado, el que finaliza el montaje: instalar el liner, el revestimiento flexible e impermeable que cubre la estructura de la piscina. Debes poner mucho cuidado y no utilizar herramientas punzantes que puedan provocar pequeñas fugas, ni tampoco pisarlo con zapatos o ningún tipo de calzado. Es la parte del montaje en la que debes de poner más atención. Hay que estirarlo bien y que no queden arrugas para no dejarlo inestable. Conviene rellenar la piscina con unos 3 o 5 centímetros de agua para poder quitar las arrugas e ir estirando de forma sencilla; sin rellenar más agua, porque con el peso del agua no podríamos alisarlo bien y las arrugas permanecerían.

Ahora ya solo queda rellenar la piscina de agua hasta unos 10 o 5 centímetros del borde. Cada manual indica la cantidad de agua que necesita cada modelo de piscina. Nunca se debe dejar la piscina vacía, sin agua, puesto que el propio peso del agua es la que hace que la estructura se tensé y adquiera solidez. Sin tensión las paredes podrían deformarse o inclinarse.

Si tienes en cuenta todos estos consejos, tu piscina estará lista para que la inaugures antes de lo que te imaginas. ¡Ahora solo queda disfrutarla!