27 de octubre de 2020

Todo lo que debes saber sobre equipos de protección auditiva

Proteger los oídos es fundamental en cualquier obra con altos niveles de ruido. Esto es lo que debes tener en cuenta para seleccionar el tipo de protección auditiva que necesitas.

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Una correcta protección auditiva en el trabajo es fundamental para que el día de mañana no aparezcan problemas de escucha. Pero ante los distintos tipos que hay disponibles, ¿cuál debo escoger para mi labor? Y sobre todo, ¿cuándo debo hacer uso de ellos? No te preocupes, juntos vamos a resolver tus dudas para que conozcas todo lo que hay que saber sobre la protección auditiva.

Fundamentalmente, los equipos de protección auditiva son tapones y auriculares capaces de atenuar la magnitud del sonido ambiente, reduciendo sus efectos nocivos en el oído interno, el cual puede producir daños tanto de forma inmediata como a largo plazo.

Por norma general, trabajar con un ruido excesivo es como una gotera. Al principio no pasa nada, pues la roca donde cae es fuerte. Sin embargo, según va pasando el tiempo, la consistencia de la gota hace que la piedra se vaya debilitando y erosionando. Con tu oído ocurre lo mismo. Cuando uno empieza no hay problema, pero con el paso de los meses o los años surge una pérdida de audición.

Efectos del ruido

Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, más del 30% de los trabajadores expuestos a ruidos sufren trastornos auditivos, siendo además una de las lesiones profesionales con más indemnizaciones.

Sus principales consecuencias son:

  • Pérdida temporal de audición.
  • Pérdida permanente de audición.
  • Trastornos crónicos respiratorios, cardiovasculares, digestivos o visuales.
  • Otras problemáticas como insomnio, cansancio, irritabilidad o disminución de la atención.

Cuándo se usan los equipos de protección auditiva

Por eso, en 2018 se aprobó el Reglamento 2016/425 de la Unión Europea, derogando la anterior Directiva 89/686/CEE. Una circular de apoyo a las medidas de prevención y de buenas prácticas ya reflejadas en el Real Decreto 286/2006.

Muy resumidamente, estas normativas indican que para eliminar o reducir la exposición a un ruido excesivo lo primero que hay que hacer es comprobar su nivel en el ambiente. Para ello se debe realizar un estudio del sonido mediante un sonómetro (escala en dBA) que valore la sensación auditiva humana. Una vez se obtenga el “Nivel sonoro equivalente” se podrán adoptar las soluciones preventivas pertinentes.

El uso de protectores auditivos es, en realidad, el último paso a tomar. Antes hay que tratar de eliminar el ruido directamente sustituyendo los equipos estridentes por otros más silenciosos. Si no es posible, se debe recurrir a barreras que confinen el ruido y aumentar la distancia entre el trabajador y la fuente.

Cuando estas medidas preventivas aún no son suficientes es cuando el empleado debe ponerse unos protectores auditivos. Y es que no solo con unos tapones o auriculares se resuelve el problema. Para nada.

El Real Decreto 286/2006 declara que su uso es obligatorio en todos los puestos de trabajo en los que se sobrepasen los 85 dB(A) de nivel continuo equivalente o cuando se produzcan picos de ruido superiores a 137 dB. No obstante, recomienda su utilización cuando se excedan los 80 dB(A) o picos de 135 dB.

Tipos de protección auditiva

Básicamente nos encontramos con cuatro tipos: tapones desechables, tapones reutilizables, tapones con diadema y auriculares (también llamados orejeras o cascos). Todos ofrecen un gran nivel de protección, aunque, erróneamente, se suele creer que los tapones son peores que los cascos. Su uso debe escogerse en relación al ambiente de trabajo y la actividad a realizar.

Los tapones son más adecuados en lugares con una elevada temperatura y humedad, así como en zonas con una alta presencia de polvo que pueda acumularse entre la orejera y la piel. Mientras, los auriculares se recomiendan en acciones de manipulación de sustancias que puedan adherirse a la piel y actividades donde el ruido sea más intermitente y/o de corta duración, ya que son más fáciles de quitar y poner.

Otros aspectos a tener en cuenta

Todos los equipos de protección auditiva deben llevar una marca de certificación y calidad. Deben ser cómodos al uso, ya que, de lo contrario, el trabajador rehusará de ellos. Pero… ¡Ojo! La protección tampoco debe ser excesiva o aislante para poder escuchar las advertencias de peligro.

No hay que olvidar que deben ser compatibles con otros equipos de protección de la cabeza como cascos de obra o gafas. Por ejemplo, las patillas de las gafas pueden disminuir la eficacia de los auriculares.

Los protectores auditivos deben ser limpiados periódicamente, sobre todo cuando estén expuestos a mucha suciedad. Por cuestiones de higiene, los tapones son como los cepillos de dientes: unipersonales. ¡Qué repelús ponerse los tapones de otro! Los auriculares pueden ser usados de manera excepcional por otros trabajadores pero antes hay que desinfectarlos.

Por último, las personas con problemas en el oído o irritaciones cutáneas deberán consultar con su médico sobre el equipo más adecuado que puedan usar.

Si tienes cualquier duda o consulta sobre el uso de estos dispositivos de protección auditiva, puedes ponerte en contacto con nosotros y estaremos encantados de organizar un seminario para tus empleados o aconsejarte en la compra de los más adecuados para tu empresa.